Avestruz, nombre común de 
un ave grande, no voladora, que hoy sólo vive en África, pero que en la 
antigüedad también se encontraba en Oriente Próximo. Los avestruces son las más 
grandes y fuertes de las aves vivientes, con una estatura de unos 2,4 m y un 
peso de hasta 136 kilogramos. Tienen el cuello largo y la cabeza pequeña, con 
ojos grandes y pico corto y ancho. Despliegan sus pequeñas alas al correr y 
emplean sus patas, largas y fuertes, para defenderse. Sólo tienen dos dedos en 
cada pata. Los machos del avestruz son negros, con alas y cola blancas. Las 
plumas blancas del macho, 
grandes y suaves, tienen valor comercial. La hembra es 
de color pardo grisáceo apagado.
Los avestruces son corredores rápidos y pueden alcanzar 
hasta 65 km/h de velocidad. Los machos son polígamos y van de un lado para otro 
acompañados de tres o cuatro hembras o en grupos de cuatro o cinco machos con 
sus parejas y crías. Las hembras ponen sus huevos, blancos amarillentos, en 
grupo, al mismo tiempo. Cada huevo pesa aproximadamente 1,4 kg y tiene un 
volumen de cerca de 1,4 litros. El macho los incuba por la noche y la hembra 
durante el día.
En la última mitad del siglo XIX se emprendió la cría 
extensiva de avestruces para explotar sus plumas en Sudáfrica, Argelia, 
Australia, Francia y Estados Unidos. Las plumas de avestruz se usaban en la 
fabricación de sombreros y vestidos. La explotación entró en declive cuando la 
demanda de plumas de avestruz decayó prácticamente hasta desaparecer; no 
obstante, la introducción de la piel de avestruz como piel de lujo y el empleo 
de su carne para el consumo ha reavivado el interés en las granjas de 
avestruces. El llamado avestruz americano es en realidad un 
ñandú.
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