martes, 15 de julio de 2014

LOS CANGUROS


Canguro, nombre común de ciertos mamíferos marsupiales que viven en Australia, Nueva Guinea y algunas islas adyacentes. Los canguros se caracterizan por presentar una bolsa abdominal, denominada marsupio, donde transportan a sus crías recién nacidas.
Existen unas 65 especies de canguros que se clasifican en dos grandes familias. La primera familia, la de los Macropódidos, incluye a los grandes canguros, entre ellos el canguro rojo, el gris, los ualabíes o wallabíes y el cuoca. La otra familia, la de los Potoroínos, la forman especies de menor tamaño como las ratas canguro, los betongs y los potorús. Los canguros de mayor tamaño son el canguro rojo y el canguro gris, que pueden medir hasta 2 m de longitud y pesar 85 kg. La especie más pequeña es la rata almizclera marsupial que mide unos 30 cm de longitud y tienen un aspecto similar al de una rata.
Los canguros viven en todo tipo de hábitats dentro de su área de distribución. El canguro rojo y el gris viven en bosques y sabanas. Los ualabíes rupestres viven en zonas rocosas. Los betongs habitan en madrigueras que construyen en terrenos áridos de monte bajo. Los canguros arborícolas, como su propio nombre indica, viven principalmente en las copas de los árboles de la selva, mientras que las ratas canguro retozan a sus anchas por los suelos húmedos de la misma. El ualabí o wallaby de cuello rojo se puede encontrar en distintos hábitats, incluidos los gélidos picos de las montañas, y el cuoca, actualmente en peligro de extinción, tiene como último refugio dos islas localizadas en la costa suroccidental de Australia. También hay muchas especies de canguros que se adaptan fácilmente a la vida de la ciudad y habitan en parques, jardines e incluso campos de golf.
Existen restos fósiles de canguros que demuestran que estos animales aparecieron por primera vez en Australia hace 15 millones de años, durante el mioceno. Como resultado de los cambios climáticos ocurridos hace 8 millones de años, las selvas tropicales australianas dieron paso a bosques abiertos y sabanas, y los canguros evolucionaron hasta adquirir muchas de las formas que tienen actualmente. Los extintos canguros gigantes llegaban a medir hasta 3 m de longitud con un peso de unos 200 kilogramos.
Los canguros típicos tienen la cabeza similar a la de una oveja, con las orejas grandes y movibles, y poseen la mitad superior del cuerpo poco desarrollada en comparación con la mitad inferior; las patas posteriores son largas y robustas, con cuatro dedos por lo general, en las que el segundo y el tercer dedo son sindáctilos (están unidos), mientras que otro posee una uña larga que utilizan en la defensa; por el contrario, las extremidades anteriores son cortas y tienen cinco dedos. La cola es grande, musculosa y el animal suele utilizarla como apoyo cuando camina o está sentado, o como balancín cuando salta. El salto es su método habitual de locomoción y un canguro puede cubrir distancias de 9 m en un solo brinco. La piel del cuerpo es dura, resistente y está cubierta de un pelo suave y lanoso. Los canguros típicos tienen un carácter tímido, pero pueden resultar peligrosos si están alarmados o se sienten amenazados: en la lucha, el canguro permanece en posición erguida, golpea y araña a su contrincante con las manos y, usando su cola como apoyo, aporrea con gran fuerza el vientre del otro animal utilizando las patas posteriores. Este comportamiento aparece ante la presencia de diversos enemigos, como los perros y los seres humanos y, a veces, en la disputa por una hembra.

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