
Los grandes ojos de los búhos están dirigidos hacia adelante, e incorporados en una cápsula ósea que
les da una limitada capacidad de movimiento. Los búhos tienen que girar toda la
cabeza para mirar a los lados, aunque el movimiento se ve facilitado por un
cuello relativamente largo y flexible, que les permite girar la cabeza hasta 270
grados. La mayor parte de los búhos tienen los ojos rodeados por un disco facial
de plumas rígidas que dan la impresión que tienen cejas. Dado que pocos búhos
capturan sus presas a plena luz del día, su oído es especialmente importante.
Muchos búhos tienen el cráneo asimétrico, con las aberturas auriculares a
diferentes alturas; esto les permite localizar a sus presas por los ruidos que
producen.
La distribución de los búhos y lechuzas abarca todo el
planeta, a excepción de la región antártica; la lechuza común tiene una de las
distribuciones más extensas de todas las aves vivientes. Los hábitos de
anidación de los búhos son notablemente variables. Algunos anidan en agujeros de
los troncos o entre las rocas, otros hacen grandes nidos en los árboles y otros,
como los mochuelos excavadores o lechuzas vizcacheras, anidan en el suelo. Todos
ponen huevos de color blanco. Los búhos se alimentan en exclusiva de animales
vivos, y el tamaño de su presa es proporcional al tamaño de cada especie; sus
presas potenciales son desde insectos hasta mamíferos del tamaño de una liebre.
Unos cuantos se alimentan únicamente de peces. Comprimen y regurgitan en forma
de egagrópilos las partes indigeribles de su alimento, como huesos, pelo y
plumas; el análisis del contenido del egagrópilo permite identificar la especie
a la que pertenecía la presa.
Algunos géneros de estrígidos contienen muchas especies
—el género más abundante tiene más de 50—. Algunos representantes de este género
son bien conocidos, como es el caso del autillo americano propio del este de
Norteamérica, y el autillo común, una especie fuertemente migratoria que se
reproduce en el sur de Europa, incluida la península Ibérica y, al este, hasta
el lago Baikal. Muchas de las especies tropicales, no obstante, sólo son
conocidas a través de unos cuantos especímenes de museo y sus hábitos no han
sido estudiados.
Entre las especies más grandes de búhos están los
tecolotes o búhos águila. Tienen mechones de plumas en la cabeza llamados
'orejas', aunque no tienen relación alguna con éstas. En América sólo vive el
tecolote o ñacurutú, pero en Europa, África y Asia hay 17 especies.
La distribución más amplia es la del búho real, que vive desde Escandinavia
hasta España y Japón. Mide unos 71 cm. El búho nival del norte de Eurasia, cuya
hembra es blanca con algunos puntos negros en el dorso, es peculiar porque se
alimenta de día (en especial de lemmings). La lechuza gavilana caza también
durante el día.

El búho chico, de unos 35 cm de longitud, es una especie
residente en la península Ibérica. Tiene 'orejas' largas y es típico de los
bosques de coníferas. El cárabo común es la especie de cárabo más difundida en
Europa; residente también en España, es una especie estrictamente nocturna. La
lechuza campestre y la lechuza de Tengmalm son dos especies presentes en la
península Ibérica que pertenecen a la familia de los búhos.
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