Medusa, nombre común de cualquiera
de los animales invertebrados que componen dos clases del filo Cnidarios. Se
conocen unas 2.700 especies de hidrozoos y 200 de escifozoos. El término medusa
se aplica de forma específica a los organismos gelatinosos de natación libre
llamados medusas, forma que habitualmente adoptan estos animales en su fase
sexual, generación que alterna con una fase de pólipo en la que la reproducción
es asexual. En una de las clases, las medusas tienden a ser pequeñas y los
pólipos están bien desarrollados, mientras que en la otra predominan las
medusas. Ambas clases son marinas, a excepción de unos pocos hidrozoos, como la
hidra, que viven en agua dulce.
Las medusas tienen escaso valor nutritivo. Su
picadura puede ser dolorosa, y unas pocas variedades tropicales en ocasiones
causan la muerte de los seres humanos.
Al igual que otros cnidarios, la medusa
tiene sólo dos capas de desarrollo importantes (ectodermo y endodermo), carece
de cabeza, tiene aparato digestivo pero no ano,
y tiene un sistema nervioso sin
cerebro. El cuerpo presenta simetría radial, es decir, en torno a un eje. Las
presas suelen ser capturadas por tentáculos armados de nematocistos, o células
urticantes.
Los pólipos suelen vivir en los fondos marinos y generan otros
pólipos por reproducción asexual.
Los pólipos de hidrozoos suelen formar
colonias con diferentes tipos de
pólipos especializados en funciones tales como
la reproducción y la alimentación.
Los pólipos pueden surgir de la medusa por
gemación.
Por lo general la medusa produce huevos
y esperma que se fusionan para dar lugar a una nueva generación de pólipos. Las
medusas tienen forma acampanada y nadan contrayendo los músculos del velo. Su
conducta es sencilla; la mayoría nada con lentitud y es arrastrada por las
corrientes. Su transparencia se debe en parte a que el cuerpo de una medusa
contiene un 95% de agua y menos de un 1% de materia orgánica. Las medusas más
grandes miden hasta 2 m
de diámetro.
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